“Siempre he creído
que el arrepentimiento es el analgésico de los moralistas y el anestésico de
los cobardes”
Risto Mejide. El pensamiento negativo.
Hoy vengo hablaros de mi cita. Esa frase que te hace pensar,
reflexionar, y que seguramente se quedará grabada en tu mente para siempre.
Para algunos quizá sean frases positivas, claramente alentadoras, o eso es lo
que pienso en mi segura ignorancia.
En fin, esta es la mía.
Claramente, hay más. Yo también adoro las frases románticas y
aprecio en mucho cualquier tipo de consejo y de reflexión, no os vayáis a
pensar que menosprecio a las demás comparadas con esta. Miles de frases me han
hecho pensar y me han ayudado en los malos momentos: frases quizá tontas,
frases que para otros pasan totalmente desapercibidas, de echo una está sacada
de Lovely Complex, pero está es especial. Quizá es que es la primera, quizá me
marcó más, pero de ella saco una gran lección, en mi opinión, y hoy quiero
contárosla.
Obviamente es MI lección. Seguramente Risto Mejide no lo vea
así, seguramente no lo escribió para que yo sacara conclusiones, seguramente lo
que he aprendido de ella no es lo que él quería enseñar, si es que quería
hacerlo. Sin embargo, alguna vez he oído eso de que cada uno interpreta un
escrito como quiere aunque no sea su significado original, y me voy a aplicar
el cuento.
Afronta las consecuencias: eso es, en gran medida, lo que yo
saco de aquí. Todos hemos pasado momentos en la vida en los que nos hemos
equivocado, o creemos haberlo hecho; el “y si...” ha rondado miles de veces por
nuestras cabezas y, seguramente, nos hayamos arrepentido de una acción
cometida.
Pero el arrepentimiento no sirve para nada, sólo es un
sentimiento que nos reconcome por dentro y no nos ayuda en absoluto. Te hace
sentirte mal, te duele y no va a cambiar, en absoluto, tu situación. Entonces,
¿para qué conservarlo cerca?
No te limites a arrepentirte, no germines ese sentimiento en
tu interior hasta que crezca y te ahogue. Si puedes cambiar lo que has hecho,
si puedes hacer algo para mejorar lo que has roto entonces hazlo, si de verdad
quieres, y cambia el rumbo que has generado, no hay problema si todos los
implicados en la situación aceptan modificar ese futuro, mejor para todos pues,
¿no?
Pero si no puedes, no vivas con ese mal.
Si es que has hecho malo y lo sientes, sabes que te has
equivocado, perfecto. Eso significa que tienes moral, empatía, como tú lo
llames, y que has aprendido de tus errores, pero no tiene sentido que pases
toda tu vida dándole vueltas hasta que no puedas sonreír.
Y si no ha sido malo como tal, pues mejor me lo pones.
Entonces tiene incluso menos sentido que te arrepientas, no es bueno pasar tu
vida pensando: “no debí haberlo hecho, ahora esto sería diferente si no hubiera
tomado esta decisión...”.
Simplemente, levanta la cabeza y asume las consecuencias que
vengan, con valor y dos cojones, si me permitís la expresión. Total, no
puedes cambiarlo, ¿qué otra te queda? Seas quien seas, serás lo bastante fuerte
como para levantarte, así que asume las consecuencias de tus actos, porque de
todos modos tampoco te queda otra, así que mejor que lo encares como merece.
Y ahora, antes de terminar, quiero resaltar algunas
excepciones y lagunas legales, que con esas mal vamos y quiero evitar las que
se me ocurren ahora, por si acaso.
Punto uno: Vamos a ver, por ejemplo, matar a alguien no es
algo que te quites de la cabeza fácilmente, e incluso para muchas personas,
incluida yo, es una falta de respeto que trates de pasarlo por encima como si
nada, con asesinos sobre todo, sobre eso tengo mucho que decir y nada bueno. No
soy una persona insensible, absolutamente para nada, y sé que hay casos en los
que esta lección mía no tiene sentido alguno e incluso puede ser reprochable.
Punto dos: Que tengas que afrontar las consecuencias no significa
que no puedas quejarte. Todos tenemos el derecho a desahogarnos, y decir que
algo nos molesta, en mi opinión, no es incompatible con afrontar esa molestia y
seguir adelante.
Hasta aquí las lagunas que se me ocurren, y seguro que hay
más que aclarar, no estoy del todo segura de haberme expresado como quería. De
todos modos, cualquier polémica que pueda surgir en los comentarios la
discutiré y trataré de resolverla, ya que a eso me arriesgo. Cumpliendo mi
propio consejo, asumiré las consecuencias de la publicación de esta entrada.
Hasta aquí por hoy, mis niños, espero haberme expresado bien
hablando de lo que significa esta cita para mí.
Un beso.