viernes, 29 de julio de 2016

Tag a lo clásico.

Hola, mis niños.

Hoy os traigo una especie de tag, de esos que dejé de hacer hace muuucho tiempo, al que me ha nominado Valquiria de Un libro tras otro (a la que ya adoro y no la conozco).
El tag consiste en decir 15 cosas sobre ti, responder a las preguntas que te hace quien te nominó y, a la vez, nominar a otras personas y hacerles nuevas preguntas.
Fiel a mis principios de pereza no voy a nominar, así que sólo voy a hacer las dos primeras partes del tag.


Estas son las 15 cosas sobre mí:

1. No puedo esperar a que salga la nueva temporada de The Walking Dead. ¡Yo quiero verla ya!
2. Tengo una relación de amor – odio con Noah Gordon: me gustan sus libros (estoy enamorada de El médico) pero tardo muchísimo tiempo en leerlos.
3. Me gusta mucho el maquillaje. No se me da mal, y voy aprendiendo poco a poco de manera autodidacta.
4. Hablando de eso, no es recomendable dejarme sola delante de un stand de pintalabios, porque acabaré con las manos pintarrajeadas al intentar curiosearlos todos.
5. A veces creo que debí haber estudiado Psicología antes de Criminología, porque me apasiona.
6. Soy hipocondriaca.
7. Estoy empezando a escribir una novela, aunque con todo el dolor sufro mis parones importantes en el proceso.
8. Este año me he sacado el carnet de conducir, aunque me ha costado mis cuatro intentos conseguirlo.
9. Intento mantenerme activa y productiva en el día a día, pero Youtube me absorbe más a menudo de lo que me gustaría.
10. Soy la primera en ver todos los partidos que pillo de mundiales y eurocopas de fútbol, pero no sigo para nada las ligas normales.
11. Hace unos días me corté el pelo por los hombros y no lo llevaba tan corto desde, como máximo, los siete años.
12. No me gusta el humor negro. Antes me reía con algunos chistes, pero cada vez lo tolero menos.
13. Con el horario de tarde que tengo en la universidad, hace un año o dos que ya no me acuesto antes de las doce de la noche a no ser que tenga que madrugar (o existan causas de fuerza mayor).
14. En mi cabeza tengo continuaciones (sorprendentemente detalladas y estructuradas) de algunas sagas que me han marcado.
15. Pretendo independizarme en cuanto me sea posible,

Y ahora vienen las preguntas de Valquiria:

1. ¿Cuál es el primer libro que recuerdas haber leído (por propia voluntad)?
Pues como a mí me han educado para que me guste leer, seguramente la respuesta que de no será correcta. Sin embargo, diré que Kika Superbruja, porque creo que son los primeros libros que leía realmente porque yo quería (seguramente haya otros antes, pero mi memoria no es de las mejores).

2. Si tuvieras que vivir en otro país, ¿cuál sería?
Bueno, desgraciadamente no he podido viajar mucho al extranjero pero Portugal me tiene simplemente enamorada. He visitado varias ciudades y todas, en mayor o menor medida, tienen un aire de decadente belleza que me fascina. Mi problema ahora es elegir en qué ciudad querría vivir dentro de Portugal.

3. ¿Cuál es el libro más raro que habéis leído?
Es que “raro” es tan relativo… ¿respecto a qué? Yo interpreto “raro” en su estructura, pero como creo que no he leído nada así voy a decantarme por un argumento “raro”.
Voy a decir que El brillo de las luciérnagas. El libro nos cuenta la historia de un niño que toda su vida ha convivido, junto a su familia, en una especie de zulo, y llega un momento en que desea saber lo que existe más allá.
Mientras lo leí, el libro no me pareció tan raro, pero visto desde la distancia considero que hay algunas situaciones (sobre todo la conclusión final del protagonista) que para mí son bastantes… bueno.


4. Si pudierais pedir tres deseos, ¿cuáles serían?
Para empezar, sé que suena a topicazo, pero la paz; después, salud; para finalizar, felicidad.
Sueno como una miss, pero qué se le va a hacer.

Y hasta aquí el tag. Espero que os haya entretenido mis niños, ¡sed felices!

viernes, 22 de julio de 2016

Ophelia's collection: Ruth

Ophelia forma parte de la obra de Shakespeare "Hamlet". Para no hacer demasiados spoilers, me limitaré a decir que este personaje me ha inspirado para iniciar esta serie de relatos, Ophelia's colection, que tendrán una protagonista cada vez.
Cualquier comentario sobre el pequeño proyecto será bienvenido, siempre que sea respetuoso.
Muchas gracias, espero que os guste.


Nunca creyó que se podía vivir muriendo.
Durante toda su vida, Ruth se había sentido la mujer más afortunada del mundo: no conocía el miedo o la desdicha; nunca se había sentido débil o a punto de caer; siempre había tenido la fuerza para no rendirse, porque nunca se había sentido sola.
La fortuna de Ruth giraba en torno a Celia, su hermana, que, idéntica a ella, representaba el núcleo de su vida hasta el punto en que a veces apenas podía distinguirla de su propia persona. Ruth no estaba sola porque no era una única muchacha, era dos, y nunca pensó que aquello pudiera cambiar.
A finales del pasado invierno Celia empezó a enfermar. Al principio no quisieron darle más importancia de la habitual, ya que la joven tendía a debilitarse a menudo, pero la fiebre y el malestar no desaparecieron cuando debían.
El médico visitaba su casa cada día desde entonces, tratando de extirpar el mal que sufría su hermana, pero ni los baños ni las sanguijuelas lograban devolverle la salud.
Por el contrario, el lozano cuerpo de Celia se fue demacrando rápidamente, mientras su piel empalidecía y los vómitos y temblores la atenazaban cada vez más.
Un día, Ruth se acercó a su lecho y descubrió, con horror, que aquella chica que tanto se le había parecido en el pasado ahora se asemejaba más a la propia muerte. Le cogió la mano, Celia se despertó.
- Prométeme – Ruth no podía ocultar la desesperación en su voz, así que intentó que las lágrimas no se escaparan de sus ojos – que no te rendirás. Prométeme que te pondrás bien.
La voz de su hermana fue tan débil como su sonrisa.
- Te lo prometo.
Pero no era verdad.
El día que enterraron a Celia la tormenta asoló la aldea, pero Ruth no fue consciente de ello. Pasó aquella mañana sola y ausente, contemplando sin poder pensar las gotas de lluvia en la ventana.
Sólo vio a su hermana momentos antes de ir a darle sepultura y entonces, como si se tratara de una obvia realidad, comprendió que ella misma también había muerto junto a la muchacha.
Con el tiempo la paz regresó al hogar, pero era gris y pesarosa en vez de esperanzadora: Ruth dejó de hablar, de reír, su mirada estaba siempre ausente aunque se dirigiera a los ojos del otro. La familia se vio obligada a convivir con aquella alma en pena y, poco a poco, esa condena la destrozó. Un día, víctima de la presión, su padre recogió sus cosas y se marchó lejos.
“Ruth, por favor, no puedes seguir así” su madre le habló días después de aquello, intentando transmitirle con sus manos una calidez que ya no sentía. “Celia no querría esto, hija. Tienes que volver a vivir, a ser feliz. Haz un esfuerzo, ¿vale?”
Prometió que lo haría y por eso se encontraba allí, frente al lago. A ellas les encantaba aquel lugar de niñas.
Se aproximó lentamente a la orilla, casi sintiendo cómo la hierba la acariciaba a través de sus zapatos. Se sentó sobre la roca que había sido testigo de sus siestas bajo el sol.
El agua brillaba cristalina a la luz del día, los pájaros piaban juguetones entre las miles de flores silvestres que se mecían impulsadas por la brisa. Era un hermoso día de primavera y Ruth sonrió.
Pero entonces, como en una respuesta instantánea, el rostro de Celia apareció en su mente y toda la luz se apagó. El paisaje desapareció y se transformó en cientos de recuerdos teñidos de dolor. El vacío que sentí en su corazón la golpeó con fuerza.
Echaba mucho de menos a su hermana, se sentía terriblemente sola. Había dejado de ser dos muchachas para convertirse en apenas una.
Pero podían volver a ser dos.
Serena, se descalzó y dejó los zapatos junto a la roca para, tranquila, acercarse al agua. Apenas pudo distinguir su rostro, pero el espeso cabello moreno y los ojos azules eran visibles.
Aquel no era sólo su aspecto, también el de Celia, y pronto podría verlo de nuevo.
Se internó poco a poco en el agua, tratando de ignorar el frío que se extendía por su cuerpo; dejó que sus dedos jugaran unos segundos bajo la superficie; por un momento le llamó la atención la manera en que el vestido blanco se pegaba a su cuerpo.
Cuando hubo avanzado unos metros ni siquiera dudó, sumergió la cabeza.
Y nunca salió.
Fuera, los pájaros seguían piando a la luz del sol.

viernes, 15 de julio de 2016

Book tag: Opiniones impopulares.

¡Hola mis niños!
Hoy os traigo un Book Tag que he visto a lo largo del tiempo en varios blogs. Se trata de "Opiniones impopulares", y consiste en responder a preguntas que hablan sobre aquellas opiniones que son totalmente contrarias a las de la mayoría de los lectores.
Espero que os guste. ¡Sed felices!



1. LIBRO O SAGA POPULAR QUE A TI NO TE GUSTÓ

El nombre del viento.


Y mirad que intenté leérmelo, pero no hubo manera. La historia me resultó demasiado lenta y no me gustaba, al final terminé dándolo por perdido.

2. LIBRO O SAGA POPULAR QUE TODO EL MUNDO ODIA PERO A TI TE GUSTÓ

Crepúsculo.


A pesar de lo conocida que fue en su tiempo, es una saga muy criticada. Sin embargo, yo después de tantos años le guardo bastante cariño.

3. TRIÁNGULO AMOROSO EN EL QUE EL PROTAGONISTA NO ACABÓ CON QUIEN TÚ NO QUERÍAS QUE ESTUVIESE

Ninguno.

La verdad es que tengo la fortuna de que siempre ha “ganado” quien yo quería en los triángulos amorosos que he leído, así que no tengo queja.

4. GÉNERO POPULAR QUE RARAMENTE LEES

Erótica.

La verdad es que de los libros eróticos que he leído sólo me ha gustado uno. Con los demás siento que el argumento general deja mucho que desear. Supongo que habrá que intentarlo con la saga de Sherrilyn Kenion.

5. PERSONAJE POPULAR MUY AMADO QUE A TI NO TE GUSTA

Como no se me ocurre ninguno significativo voy a hacer trampa y voy a cambiar la pregunta un poco: personaje popular muy odiado que a ti te gusta.

Eadlyn Schreave.


Al menos en La Heredera siempre he escuchado a la gente decir que no soporta este personaje pero la verdad es que yo, teniendo en cuenta su educación y en el ambiente que ha crecido, puedo entender y veo la evolución de Eadlyn. Entonces sí, me gusta el personaje.

6. AUTOR MUY POPULAR QUE NO TERMINA DE CONVENCERTE

John Green.


A mucha gente le encanta, pero yo no termino de animarle a leer algo suyo.

7. TÓPICO POPULAR QUE ESTAS CANSADA DE LEER

Los tríos amorosos.

Por no repetirme diciendo el instalove. No me gustan principalmente porque siempre lo paso muy mal, pero también porque desde hace años la mayoría de los escritores sienten pasión por los tríos amorosos y, más veces de las que me gustaría, quedan muy muy forzados.

8. SAGA POPULAR QUE NO TIENES INTERÉS EN LEER

Harry Potter and the cursed child.


Soy la cosa más potterhead que podáis encontrar, en serio, pero no tengo el más mínimo interés en leer esta nueva saga.
Al final la leeré, seguro, simplemente por saber el resto de la historia, pero no me llama nada en absoluto por razones que van desde el hecho de que ya tenía una historia montada en mi cabeza hasta que el argumento del libro no me gusta nada.

9. ADAPTACIÓN QUE TE GUSTÓ MÁS QUE EL LIBRO

El Perfume.


Vi primero la película y, como me encanta, decidí leerme el libro.
Decepción total.
La verdad es que visto desde fuera la película es poco fiel al libro, pero la versión de la primera me gusta muchísimo más que la del libro (que me gusta muy muy muy poco), así que se agradece.


Un beso, mis niños. Hasta la semana que viene.

viernes, 8 de julio de 2016

Caperucita Negra.

Abrió los ojos, pero el escenario que encontró no parecía más real que el sueño del que acababa de despertar.
Danielle se incorporó despacio, y estudió amodorrada el paisaje a su alrededor: los helechos crecían frondosos entre las rocas y se mezclaban con la hierba que cubría el claro. Se miró las manos, y disfrutó de su tonalidad bajo la luz verdosa que dejaban pasar los árboles, tan juntos entre sí que ocultaban todo el cielo.
Con un estremecimiento, se acurrucó en su capa, tan negra como su cabello. Percibió la brisa fría del amanecer y sonrió distraídamente. Le gustaba aquella sensación, sin duda ese instante era el mejor para estar viva, pero por desgracia era muy corto y nunca conseguía que ella se sintiera parte de la realidad.
De hecho, nada lo había logrado jamás.
Se levantó y reunió las fuerzas necesarias para marcharse del claro. Comenzó a recorrer el bosque con paso lento, incapaz de sentir cómo sus pies acariciaban la tierra.
Amarrando levemente su espinosa cestita, Danielle avanzó sin rumbo fijo entre los árboles, percibiéndolos como un paraíso onírico que la envolvía igual que el humo. La joven muchacha paseaba como un fantasma entre las flores y los animales que la miraban con curiosidad, pero era incapaz de verlo.
Para ella, vivir así era lo normal, nunca había experimentado otra cosa. Caperucita Negra dedicaba sus días a deslizarse por el bosque, sumida en un eterno sueño del que nunca llegaba a despertar del todo.
Un viejo lobo se interpuso en su camino de un ágil salto, pero Danielle no supo ver el potencial peligro que escondía. Con la sombra de una sonrisa en el rostro, la niña se acercó a él para intentar acariciarlo, pero el animal se esfumó entre los arbustos antes de que lo consiguiera.
Apenas consciente, le siguió como una autómata, sintiendo que lo árboles se abrían a su paso para permitirle avanzar. No se dio cuenta de que el Sol aparecía entre las ramas, y de que sus rayos cada vez se percibían más numerosos.
Para cuando el lobo le permitió alcanzarle Danielle se encontraba, por primera vez en su vida, en el camino que rodeaba el bosque. La luz del día la cegaba, obligándola a entrecerrar los ojos.
Sin embargo, pudo verla a ella.
Caminaba todavía un poco lejos pero le fascinó su capa roja, que destacaba contra su cabello dorado. Pudo ver que llevaba una cestita, como ella, pero la de la muchacha era clara y suave, no como la suya oscura y descuidada. Al notar sus brillantes ojos azules, Danielle sintió cómo sus pies aterrizaban en el suelo; cómo los sonidos, los olores, la golpeaban con fuerza; notó por fin su cuerpo y el espacio a su alrededor.
De pronto, Danielle sintió la realidad.
Una única visión de aquella muchacha había logrado lo que tantos amaneceres sólo habían podido intentar.
Confundida, giró lentamente la cabeza para mirar al lobo, pero este había desaparecido. Cuando volvió a fijarse en el camino, se dio cuenta de que la bella desconocida estaba a punto de desaparecer por un recodo.
No podía dejarla escapar.
- Hola, Caperucita. ¿A dónde vas tan temprano?