Yo esta semana no iba a escribir esto. Esta semana tenía
planteado escribir una entrada bonita, algo de lo que me hacía ilusión hablar,
algo agradable creo.
Pero tendrá que esperar, me siento en la necesidad de dejar
en la web mi opinión sobre el capítulo que el programa “Casados a primera
vista” emitió el pasado Lunes por la noche.
Aún no me lo creo.
Para quien no lo sepa, Casados a primera vista es un reality que sigue la vida de una serie
de parejas que se casan sin ni siquiera haberse visto antes. Durante la
temporada, podemos ser testigos de las luchas y aventuras que viven cada una de
las parejas en el proceso de convivir y “enamorarse” de un desconocido que
ahora es su marido/mujer. Al margen de lo que todos sabemos que un reality es (MOVIDAMOVIDAMOVIDA),
hasta el pasado Lunes me entretenía y hasta lo dejaba puesto en la tele, se
dejaba ver. Hasta el pasado Lunes.
Voy a contar las escenas que me molestaron en el orden en el
que aparecieron. Reconozco que no vi el capítulo entero, tanto sexismo junto
pudo conmigo, pero creo que tuve más que suficiente.
Empezamos con el principio, y ya viene el plato fuerte. En
una escena nos presentan a todas las parejas reunidas alrededor de una mesa, en
una comida de grupo y hablando de sus respectivos matrimonios. Todo normal –
cordial dentro del espectáculo esperado – hasta que una de las parejas dicen
que aún no han tenido sexo porque ella no quiere.
A partir de entonces somos testigos de un ataque abierto,
tenso e indiscriminado contra la mujer. De toda la presión y las reprimendas
que sufre podemos sacar una conclusión general: Su deber (recalco “deber”) es acostarse con su marido, aunque ella no
quiera, porque para algo es su mujer. ¿Qué no quieres hacerlo?, ¿no te sientes
preparada? ¡Me da igual! Tu deber como esposa es acostarte con tu marido por y
para su disfrute. Y si no te sientes cómoda con eso no te quejes, no haberte
casado.
Hemos vuelto a la época del manual de la buena esposa y yo
no me he enterado.
OLE.
Por si esa escenita no me había cabreado bastante, en la
publicidad pusieron un anuncio de la empresa de depilación láser “Centros
Único” protagonizado por una de las parejas del programa. En ella, la pareja dice
cosas como Sí, vale, mi pareja tiene un
gran corazón… ¿pero te imaginas que no llega a estar depilada?
Depílate, cerdo/a, o jamás tendrás una pareja que te quiera.
¿A quién le importa tu interior?, si no estás perfectamente depilado no vas
conseguir pareja nunca, vas a quedarte sólo viviendo con cinco diez, quince
gatos. ¡Ven con nosotros, gracias a nosotros encontrarás el amor!
OLE, OLE Y OLE.
La pena es que después de la escena anterior, el anuncio no
parece tan escandaloso.
Terminamos con la última escena que pude tragarme: el día
después de la comida, los hombres quedan por un lado y las mujeres quedan por
otro. Todo normal.
El problema viene cuando vemos los lugares de la cita: para
los hombres, bar de cañas y futbolín; para las mujeres, clase de yoga. Con un
par, ¿cuántos tópicos y sexismo les quedarán aún por sacar?
Pero esperad, que esto no es lo mejor: en el programa hay
una pareja de chicos gays, adivinad con quienes mandan al novio más amanerado
de los dos.
Exacto, con las mujeres. Que yo sepa, un hombre gay sigue
siendo un hombre, por mucha pluma que tenga. No sabía que por ser homosexual
eras menos hombre, qué cosas.
Quiero dejar claro que yo estas cosas no me las creo. Sé qué
es guion, que todo está montado. Pero lo que no me parece normal, es que los
guionistas y directores del programa se atrevan siquiera a soltarnos tales
desfachateces y se queden tan tranquilos. No me parece normal que la gente no
lo vea. No me parece normal que, si buscas en las noticias el episodio del
Lunes pasado, nada haga referencia a lo que aquí estoy contando.
Bueno, pues ya estoy yo.
Aún no me lo creo.