domingo, 13 de septiembre de 2015

Jus Smile IV

¡Hola! Vengo una semana más contándoos algunas de mis pequeñas alegrías de la semana mediante la iniciativa Just Smile. Fue creada por el blog Corazón de tinta y consiste en contar una cosa buena que nos haya pasado cada día de la semana. Vamos allá.

LUNES Termino Betwixt, el libro que me llegó la semana pasada.

MARTES Como chocolate.

MIÉRCOLES Empiezo la universidad pero después me voy con mis amigos a tomar algo al bar.

JUEVES Por suerte, no he tenido muchas clases.

VIERNES Dos de las asignaturas que he dado hoy me gustan bastante.

SÁBADO Me hago una mini agenda provisional, a la espera de ver si gano la del sorteo de El mundo de los sueños, y me queda bastante bien.

DOMINGO Toca maratón de Caso Abierto y Mentes Criminales mientras me quedo anclada al sofá.

Esta ha sido mi semana, bastante resumida. La verdad es que escribiendo esta entrada siento como si hiciera un siglo desde el lunes… Qué despacio pasa el tiempo a veces.

Un besito mis niños, ¡sed felices! ^^

sábado, 12 de septiembre de 2015

El mundo llora, Aylan.

Mrs Ollivanders creó esta iniciativa, y yo aporto mi granito de arena.


Hace ya algunos días, pero todos recordamos a Aylan, aquel niño que murió ahogado cuando trataba de huir de su país natal, Siria, para encontrar un refugio en Occidente. Tendría que decir algunas palabras dirigidas hacia él, pero no puedo.
Porque como él, muchas más personas mueren tratando de emigrar de su país natal, desesperados. Esto lleva pasando desde hace mucho más tiempo del que pensamos, pero nunca hemos hecho caso, ha hecho falta que un pequeño niño muera para que nos demos cuenta.
¿Por qué?, ¿por qué nunca nos fijamos en lo que nos rodea hasta que algo horrible ocurre?, ¿de verdad somos tan egoístas como para no poder mirar más allá de nuestro propio ombligo? A veces me da vergüenza, a veces no sé qué estamos haciendo… Cientos de personas fallecen igual que Aylan todo el tiempo, y nosotros seguimos sin una solución. Darles un hogar no es suficiente.
Dan igual nuestras buenas intenciones, algún día, si su situación sigue así, no habrá lugar que darles, esto es sólo ganar tiempo.
Cuanto más tiempo, más Aylan habrán.

viernes, 11 de septiembre de 2015

El arte de Shawna Erback.

¡Hola mis niños! Hoy vengo a traeros una entrada especial, una random, que les dicen.
Hoy voy a enseñaros las preciosas obras de arte de ShawnaErback. La descubrí hace no mucho, cotilleando Pinterest (bendito Pinterest, a todo esto, no muchas veces se encuentran tantas cosas hermosas juntas) y me enamoré locamente de sus dibujos.
De hecho, me enamoré taaaaaaan locamente que necesito compartir mi fangirleo y traeros aquí algunas de mis piezas favoritas hasta la fecha. Aquí están.






Esta es Alicia en el País de las Maravillas :3




Esta es mi adorada Rapunzel.

Y esta Caperucita Roja con su lobo <3






Creo que me gustan tanto porque me inspiran amistad, algo de melancolía y, sobretodo, una gran inocencia que me tiene encandilada.

Hay muchos más, por supuesto, podéis buscarlos en Internet porque son increíblemente hermosos. Si clickais en el nombre de la autora os dirigiréis al sitio de Google que responde a su nombre, seguro que allí hay un montón.

Espero que os gusten tanto como me gustan a mí, o no, en gustos no hay nada escrito.

Un beso, ¡sed felices! ^^

martes, 8 de septiembre de 2015

Soñaba con las estrellas.

Tenía muy claro qué quería ser de mayor. Quería poner las estrellas en el cielo.
Le fascinaban las estrellas, aquellos puntos de luz diminutos que se dejaban ver cuando el cielo estaba oscuro. Nunca apartaba los ojos de ellas, ni cuando dormía, y su madre a menudo la descubría desvelada de madrugada, asomada a la ventana con los ojos y la sonrisa iluminadas de ilusión.
Nunca terminó de aprender los nombres de las constelaciones, o de las principales estrellas. Ella tenía sus propios nombres e ignoraba los de los demás, por ser aburridos e impersonales para cosas tan bellas. Las tuteaba, y solía referirse a ellas con motes cariñosos normalmente destinados a las amistades.
Hablaba con ellas en el parque, en las terrazas, en cualquier lugar donde pudiera verlas, y los demás miraban extrañados a sus padres, preguntando sin palabras cómo una niña de cinco años seguía haciendo tales cosas. Ellos, sin embargo, nunca respondían: habían aprendido con los años a ignorar los dedos acusadores y las miradas descaradas, los comentarios educados escudos de burlas y cotilleos. Ya no les afectaban, ya no eran importantes; ahora sólo podían ver cómo su niña, su pequeña hecha de estrellas, era feliz.
Un par de años más tarde, comenzó a crear sus propias constelaciones, a descubrir sus propias estrellas, y disfrutaba diseñando y poniendo nombre a aquellos habitantes del cielo que ella misma había sacado a la luz. De ese modo decidió que quería ser ponedora de estrellas, su único deseo en la vida era poblar aquel firmamento oscuro de tantas estrellas como les fuera posible: todas diferentes, todas especiales, creadas una a una por ella, hasta que ya no cupieran más.
Sin embargo no fue posible, y su entorno le enseñó que los suyos eran sueños, y que debía vivir en la realidad. Que debía buscar un trabajo, que poner estrellas en el cielo no era posible, y por tanto no una opción real. De este modo, la niña hecha de estrellas se convirtió en abogada, poniendo los pies en una tierra que la obligaban a adorar.
Pero la niña no era feliz y cada noche, al acostarse, miraba al cielo y recordaba con añoranza aquellos tiempos en los que podía hablar y jugar con sus amigos luminosos sin que nada importarse, en los que podía ser ella misma, real o no, daba lo mismo. Estaba triste, muy triste, y las lágrimas solían rodar sobre sus mejillas cuando cerraba los ojos para dormir.
Un día, no pudo soportarlo más, y llorando rogó poder subir al cielo, para vivir allí por siempre y alejarse de aquel mundo que la tenía atada con sus obligaciones y sus deudas, sus apariencias y sus normas.
Y entonces, la niña se convirtió en luz.
Nunca se asustó, en ningún momento se preocupó, y riendo corrió hacia el firmamento, donde hasta hoy vive alegre y contenta, hablando con sus amigas las estrellas, visitando las constelaciones y creando nuevos astros con un toque de su magia, de aquella magia hecha de luz que posee desde entonces.
Y sus padres, desde la tierra, encuentran y contemplan cada nueva estrella que ven nacer. Y les ponen nombres, y les hablan, y les preguntas felices por su niña, orgullosos de que su pequeña haya cumplido por fin ese sueño que siempre tuvo en su interior.
Crear estrellas, ponerlas en el cielo, para siempre.