miércoles, 4 de octubre de 2017

Carta al nuevo inquilino.

Tema encontrado en Pinterest

Hola, nuevo inquilino.

No te conozco de nada pero Teresa, la casera, me ha dicho que ibas a venir. Espero que no vea esto, nunca le caí bien, sólo me dejaba quedarme porque le pagaba religiosamente el alquiler cada mes. Si quieres un consejo, intenta que no te descubra llegando borracho a casa a las tres de la mañana. No tengo ni idea de qué hacía ella levantada a esas horas, con la edad que tiene, pero el caso es que abrió la puerta justo cuando yo pasaba por delante.
Es posible que no leas esto, lo escondí en el primer cajón del escritorio, hecho una bola. Si no lo has encontrado ahí es porque ella lo ha cogido y lo ha leído, la muy cotilla. No importa, probablemente nunca la volveré a ver.
Ha sido maravilloso vivir aquí, a pesar de Teresa (PAGA SIEMPRE EL ALQUILER), estos dos últimos años han sido increíbles. Es muy cursi decirlo, pero cada rincón de este piso lleva encima un recuerdo. Espero, querido nuevo inquilino, que los tuyos también se queden pegados aquí.
Hablando de cosas que se quedan pegadas, yo que tú no daría la vuelta a la alfombra. Le dije a Teresa que en su momento lo hice porque prefería el color marrón al rojo del anverso, pero la verdad es que hace meses mi sobrino vomitó la mitad de sus chuches de Halloween sobre la tela y, por mucho que limpié, no logré que esa maldita mancha amarillenta desapareciera. Lo siento, yo también prefería el rojo, pero era demasiado para mi.
Para compensar por las molestias, he dejado puesta en el pasillo la pintura de los caballos galopando en el río. Me lo regaló una señora que pintaba en la calle, como agradecimiento por darle el café que acababa de comprar en un Starbucks. Le hizo tanta ilusión tomar entera una bebida tan cara que me obligó a elegir el cuadro que más me gustara. A mi, desde luego, me mereció la pena perder el dinero del café.
Espero que te guste. Carlos, un camarero del bar de enfrente, me ayudó a colgarlo y dijo que le encantaría instalarse en una casa decorada con una lámina tan bonita. No sé si lo dijo por intentar instalarse en mi cama, porque antes de que le dijera que soy lesbiana le gustaba coquetear conmigo, pero aun así espero que haga tu estancia aquí - y sobretodo tu mudanza - más agradable.
En el bar de Carlos, desde luego, sí lo conseguirán. Todos los empleados, incluso los parroquianos, son gente maravillosa. Me ayudaron y me apoyaron cuando llegué aquí y no conocía a nadie, y ahora para mi son mis amigos. Te lo digo desde ya: las fiestas que hacen los viernes son increibles, y el chorizo que sirven también.
Ve a verlos, si quieres, y diles tu dirección. Les he dejado encargado que, si te pasas por ahí, te traten como si fueras mi hermano.
Espero que seas muy feliz aquí, tanto como lo he sido yo. Si te digo la verdad, en realidad no quiero marcharme, pero no puedo rechazar el trabajo que me ha salido en otra ciudad. Al menos tengo la sensación de que dejo este lugar - más bien lo va a hacer Teresa, pero mi vínculo es más sentimental - en buenas manos.
Quién sabe, quizá nos veamos cuando vaya a ver a mis chicos del bar. He prometido que los iré a visitar en unos meses y ya me muero de ganas por hacerlo.
Bienvenido, nuevo inquilino, cuidate. 



XOXO,
Silvia


PS: Me acabo de acordar, la mesa del comedor cojea. Un folleto de comida rápida doblado viene perfecto para nivelarla. Son fáciles de encontrar, cada día aparece uno nuevo en el buzón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario