martes, 22 de septiembre de 2015

Un instante.

Todo ocurrió sin darme cuenta.
No lo planeé, ni siquiera sé cómo pasó…  Sólo recuerdo que él se me abalanzó, sólo recuerdo el miedo. Tenía que defenderme, y lo único que encontré fue aquel cuchillo.
No pensaba. Me sentía rara, como en trance; ni siquiera fui consciente de mi mano moviéndose, no me di cuenta de sus lamentos y sus desesperadas amenazas. Únicamente volví a la realidad cuando sentí su sangre en mis manos, cuando ya no había vuelta atrás.
Apenas podía verle, cubierto de tanta sangre; de pronto no conseguía ubicarme en aquel salón en el que alguna vez había sido feliz. Sentí cómo la mesa me acusaba, cómo las fotos me observaban con una horrorizada tristeza. No podía quedarme allí.
Y hui.
Escapé de su cuerpo sin vida, de aquella escena que había creado guiada por el pánico. Hui de la muerte, de aquel ambiente que jamás podré olvidar. Sólo me fui, y no he vuelto.

No puedo volver, necesito una nueva vida. Una página en blanco alejada de la existencia que ya no puedo arreglar… una existencia marcada por ese instante en el que el miedo avanzó por mí.

4 comentarios: