Siempre quise ser fuerte, a pesar de que, en teoría, nunca
he tenido que serlo.
Nunca he vivido nada que fuera necesario superar, por así
decirlo: nunca he vivido un divorcio, ni una pelea que durara más de dos días;
la gente que me rodea nunca se ha burlado de mí o me ha humillado, que yo sepa,
y ningún amigo de verdad ha desaparecido de mi vida. Nunca he tenido que
enfrentarme al paso de la muerte cara a cara... hasta ahora.
Hasta ahora, que todo se ha derrumbado.
Juraría que sólo han pasado unos pocos días, aunque a estas
alturas no estoy segura. Sólo sé que desde que esas criaturas comenzaron a
llegar a la tierra a través de esos extraños rayos, lo he perdido todo: mi
casa, mis amigos, mi familia.
La última persona que me quedaba al lado era mi padre, y vi
cómo moría hace apenas dos días, asesinado por ellos. Vi cómo le rodeaban y le
disparaban con esas extrañas pistolas que siempre llevan consigo. Creo que lo
peor es que ni siquiera pude despedirme, sólo podía huir de allí.
Y eso hago ahora, huir sin descanso; siempre hacia al norte,
siempre oculta, como papá nos enseñó a Evan y a mí. Sin más compañía que sus
escopetas, unas escasas provisiones – que mi perro seguramente hubiera querido
comerse, de no ser porque antes le devoraron ellos – y el deseo de que en mí
halla algo de esa fortaleza que siempre he deseado tener.
Porque ahora sí me hace falta, esta vez sí. Para sobrevivir
a todo esto, y hacerlo con los cadáveres de todos esos marcianos a mis
espaldas.
Ellos me lo quitaron todo, y yo les haré lo mismo.
Por mamá, por papá, por Evan, por todo lo que quiero. Lo
prometo.
Me ha gustado mucho, aunque es bastante desgraciada la pobre...
ResponderEliminarUn beso :)
Es una forma interesante de crear una heroina, creo. Jajajaja
EliminarUn beso :)
Sí que sufre un cambio drástico. Pasa de vivir en un mundo rosa a estar cara a cara con la desgracia.
ResponderEliminarSaludos.
Ya, bueno, puede que halla visto demasiado The Walking Dead... jajaja
EliminarSaludos :)