martes, 1 de julio de 2014

Una señal.

Los pies me duelen y ya no me apetece caminar más, pero tengo que hacerlo.
Es noche cerrada y, aunque no hace mucho frío, el viento sopla con fuerza y me golpea y molesta. No quiero tener que dormir en un banco, hoy puede ser un infierno.
Pero, hasta ahora, bancos son todo lo que he visto. Parece que en este maldito pueblo no hay ni un rincón medianamente seguro para que un vagabundo pueda descansar tranquilo. Por lo que veo, esta gente vive en un sitio a prueba de pobres.
Pues nada, felicidades.
Espera, creo que allí al fondo hay algo. Son las ruinas de un castillo, o algo así, solo hay unos cuantos arcos y algunas murallas, pero seguro que bloquearán bien el viento. Espero que nadie lo esté usando de sala de fiestas, o de picadero.
Perfecto, no hay nadie. El lugar está vacío y es más acogedor de lo que pensé al principio: las murallas son gruesas y bastante altas y los arcos son realmente bonitos. El rincón de ahí parece muy calentito, ya tengo cama. Que me envidien los del pueblo: yo también tengo donde dormir y, además, la piedra me deja ver el cielo plagado de estrellas.
No sé a quién quiero engañar. Ahora estoy muy a gusto, pero daría mil vistas como esta por tener una cama de verdad y una llave con la que abrir la puerta de una casa, mía, si no es mucho pedir.
Estos pensamientos me deprimen y no quiero estar triste, mañana saldré e intentaré buscar a alguien que acepte pagarme a cambio de hacer chapuzas. La gente aquí tiene unos jardines horribles, esos matojos de la esquina tienen mejor aspecto, quizá esta vez vaya la vencida… ¿no?
Ojalá lo supiera, ojalá alguien ahí arriba me mandara una señal como diciendo “no te preocupes, chaval, todo saldrá bien”. Me conformo con poco: que se caiga una piedra, un soplo de viento, una estrella fugaz. Me da igual, solo pido una, una pequeñita.
¿Qué es eso? No es posible. En vez de una estrella fugaz han aparecido quinientas, el pedazo de cielo que veo desde mi rincón se ha cubierto de ellas, como si todas las que estaban hubieran decidido moverse a la vez.
No me lo puedo creer, es maravilloso, gracias.

Esta es mi señal.

2 comentarios:

  1. ¡Hola Irene!

    Quiero decirte que tu relato lo he nominado a la modalidad "Un asombroso relato" para el premio Maravillas en el país de las historias.
    Pasa por tu premi aquí: http://bouofbrodreamshistories.blogspot.com/2014/07/premio-maravillas-en-el-pais-de-las.html

    ¡Felicidades por tu grandioso relato y por el premio!
    PD: Te pido que lo des a conocer y que porfa me pases el link cuando hayas contestado las preguntas, me encantaría conocer que piensas sobre ello.

    ¡Besoos!

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  2. En esta historia te metes en la piel de un bagabundo, y nos muestras como ven ellos la vida.

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