martes, 9 de junio de 2015

Y así, Caperucita se comió al lobo.

El lobo perseguía a Caperucita, se la quería comer.
La vigiló y espió, siguiéndola a través del bosque, entre los árboles. Estaba convencido de que no era peligrosa, una presa fácil, la cazaría sin ningún esfuerzo.
Caperucita era menuda, de mejillas rosadas y labios del color de las manzanas maduras. Caminaba con alegría y vitalidad, sonriente, y los pueblerinos adoraban la inocencia y la ternura que reflejaba a su paso.
Pero bajo la superficie, se esconde la profundidad del mar.
El lobo encontró a Caperucita en el camino, saltarina entre la vegetación, y lentamente, creyéndose astuto, se le acercó.
Era encantador: la sedujo con la mirada, la atrajo con sus palabras amables y sugerentes, y la alejó de su camino, llevándola a un claro gobernado por sombras verdes que envuelven con su misterio la intimidad. Caperucita le siguió, contemplándole con curiosidad, aparentando ser la niña pequeña y dulce que todos querían ver... cuando el ingenuo lobo dio la vuelta, una astuta sonrisa iluminó su sombrío rostro.
El lobo guio a Caperucita, ella besó primero; el lobo susurró palabras hermosas en su oído, ella le complajo con su  sonrisa roja como la sangre; el lobo tuvo la idea, ella tomó el mando. Para cuando él quiso cazarla, ella ya le tenía preso.
Volvió hacia el camino, sin mirar atrás, para no regresar, sin volverse ante los suplicantes gemidos del animal herido.
Aquel que quiso devorarla, y que terminó con el alma hecha añicos; aquel inocente y dulce cachorro que perdió su disfraz de depredador en los brazos de una adolescente; aquel que ahora arrastra su cuerpo entre los árboles, avergonzado, paseando su corazón roto entre las ramas caídas; aquel que no supo ver la cara más profunda de la luna, esa a la que aúlla cada noche.
Esa que se esconde bajo su capucha roja, inteligente, astuta, una cazadora que oculta su ser.
Así, Caperucita se comió al lobo.




6 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho, Irene, aunque al final el lobo me da hasta pena xD No soy capaz de decidir si se lo tiene merecido o no, aunque creo que me inclino más por el no...
    Un beso ;)

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    1. Muchas gracias :)
      Bueno, se quiso comer a Caperucita, y ella es una femme fatale... era inevitable ;) ;)
      Besos ^^

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  2. Que hermoso!!!

    Que tengas un lindo día Irene! :)

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  3. Nunca te fíes de una niña inocente xD
    Ahora en serio, tiene un sentido metafórico, ¿verdad? No sé, yo se lo veo, por eso del corazón roto... Y de que sigue por ahí, entonces no se lo ha comido juejue :)
    Me encanta cómo escribes, ¡sigue así!
    Un beso <3

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    1. Nop ;)
      Sí, nadie se come a nadie en sentido literal jajaja.
      Mil gracias ^^
      Un beso.

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