Dos años después, por
fin la he visto.
Sus padres o, por lo menos, los que la querrán como tal, me
han invitado hoy a verla. Por fin la he conocido, antes sé que no habría estado
preparada, creo que tampoco estoy preparada ahora, pero ya está hecho, ya la he
visto, a ella, a mi niña.
Laura.
Es preciosa, bella, como los ángeles. Cuando la he visto en
la puerta, subida en los brazos de Claudia, me ha costado respirar, y no sé por
qué.
Puede que sea por sus ojos, es tan pequeña... y ya destacan
en su carita esos ojos azules tan parecidos a los míos, tan grandes... son idénticos.
Y me ha dolido, mucho, cuando al principio me han mirado con
miedo y timidez. "Tranquila, no es personal, tiene dos años y a su edad es
normal" me ha dicho Pedro.
No me ha consolado.
Lo que si lo ha hecho ha sido sus sonrisa, su carita feliz, pidiéndome
que jugara con ella. No podría haberme negado aunque quisiera. Ha sido
precioso, y mamá casi se echa a llorar.
Me odio un poquito a mí misma, por haberme planteado abortar
(¡cómo pude haber pensado quitarle la vida a un milagro tan hermoso!) y aún
odio más al capullo de su padre... me dejó, y después además quería deshacerse
de ella.
Suerte que no le hice caso... que mamá me ayudó a no hacerle
caso. No podía, no puedo quedármela ¡apenas tengo diecisiete años! pero Claudia
y Pedro son fantásticos y sé que cuidarán muy bien de ella.
Tengo que agradecerles mucho, ellos dos me dieron fuerzas
para avanzar, para aguantar esos duros meses en los que caminaba por los
pasillos del colegio con las miradas de todos clavadas en mi vientre... ellos
me enseñaron que esa experiencia es mucho mejor que no llegar jamás a traer al
mundo al bebé, y se portaron genial conmigo, insistieron para que aceptara
conocer a la niña y verla crecer. Ahora se lo agradezco de verdad, mamá y yo
les debemos una.
De hecho, si no supiera que volveré a verla otra vez nunca
me habría marchado de esa casa.
Solo he pasado allí cinco horas, y ya la quiero como a mi
vida y todo lo que ella ha hecho... coger mi dedo con su manita... su beso de
despedida... me ha dado alegría para un mes.
Acabamos de llegar a casa, y ya la echamos de menos. Mamá está
muy orgullosa de mí, me lo lleva diciendo desde que nos marchamos. Dice que se
alegra de que afrontara lo que me pasó del modo en que lo hice.
Yo también me alegro.
Todo por ti, mi niña...
Mi Laura.
Primero, no se si catalogarlo como micro-relato,o relato corto. Segundo, no se si es una historia que te ha sucedido a ti, a una amiga, o está dedicada a aquellas madres que les sucede lo mismo. Sea cual sea el caso... una historia enternecedora que sirve a madres que se encuentren en situaciones similares a apostar por la vida, aunque ésta no éste ahí para que la puedas abrazar con tus brazos.
ResponderEliminarNo sé la diferencia entre micro-relato y relato corto xDD
EliminarLa verdad es que ninguna de las tres xD La niña existe, pero no es ni adoptada ni de madre adolescente ni nada, simplemente es una hija de una amiga de la familia que me inspiró :)
Muchas gracias. Un saludo.
Yo tampoco, pero sé que la gente suelen clarificarlos entre micro-relatos, relatos cortos, relatos, y relatos largos. Yo clasificaría a los tuyos como micro-relatos porque para mí son los que con una letra de un tamaño más o menos normal, ocupan como máximo dos hojas. Los relatos cortos para mí serían aquellos que van desde más de dos hojas hasta cinco, los relatos entre más de cinco y diez; y los relatos largos entre más de diez y veinte páginas. Luego estarían los cuentos, novela corta, novela...
ResponderEliminarEn cuanto a la historia, vaya, que mal encaminado iba. jeje.