jueves, 29 de mayo de 2014

Al borde del abismo.

Estás ahí, sola, al borde del abismo.
A tu lado no hay nada, ningún soporte, ninguna ayuda a la que recurrir. Antes había columnas a las que podías abrazarte para no caer, opciones firmes y cálidas en apariencia confiables, pero ya no están. Todas se han derrumbado y algunas incluso se han esfumado, no quedando de ellas más que polvo.
Ahora solo estáis tú y el imán del fondo del abismo. Es peligroso, sabes que puede hacerte daño, que lo hará si le dejas y que, si caes en él, será casi imposible salir.
Lo sabes porque ya te pasó una vez, ya caíste bajo sus garras hundiéndote en la oscuridad y tardaste mucho en volver a salir. Cubierta de polvo y de heridas conseguiste llegar a la cima, pero el imán no se rindió, sabiendo que tarde o temprano podrías volver a caer.
Aún no has cedido, no te has rendido al magnetismo de la fuerza que te atrae y te amenaza, pero sabes que en cualquier momento caerás, que en el cualquier momento sucumbirás y entonces estarás perdida.
No habrá vuelta atrás.


4 comentarios:

  1. A mí me ha dicho todo. Muy profundo, te felicito. Yo también escribo cosillas, aunque de distinto género.
    Saludos!!

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