A tu lado no hay nada, ningún soporte, ninguna ayuda a la
que recurrir. Antes había columnas a las que podías abrazarte para no caer,
opciones firmes y cálidas en apariencia confiables, pero ya no están. Todas se
han derrumbado y algunas incluso se han esfumado, no quedando de ellas más que
polvo.
Ahora solo estáis tú y el imán del fondo del abismo. Es
peligroso, sabes que puede hacerte daño, que lo hará si le dejas y que, si caes
en él, será casi imposible salir.
Lo sabes porque ya te pasó una vez, ya caíste bajo sus
garras hundiéndote en la oscuridad y tardaste mucho en volver a salir. Cubierta
de polvo y de heridas conseguiste llegar a la cima, pero el imán no se rindió,
sabiendo que tarde o temprano podrías volver a caer.
Aún no has cedido, no te has rendido al magnetismo de la
fuerza que te atrae y te amenaza, pero sabes que en cualquier momento caerás,
que en el cualquier momento sucumbirás y entonces estarás perdida.
No habrá vuelta atrás.
Este no me ha dicho mucho.
ResponderEliminarBueno, no todos pueden gustar. :)
EliminarA mí me ha dicho todo. Muy profundo, te felicito. Yo también escribo cosillas, aunque de distinto género.
ResponderEliminarSaludos!!
Muchas gracias. Me pasaré a verlos.
Eliminar¡Saludos! :D