Colores.

El funcionamiento de la mente, y de los sentimientos, es un misterio increíble. Resulta fascinante cómo el más mínimo detalle, aunque pasivo e inintencionado, puede provocar en nosotros toda clase de reacciones y sensaciones. Hoy me refiero, en concreto, a los colores.

Dado que no sé cómo definir el término “color”, voy a tratar de hacer una explicación fruto de la mezcla y simplificación de todos esos palabros que destila la RAE (a veces complica más que aclara, en mi opinión). Así pues, llanamente, vamos a decir que los colores son efectos ópticos fruto del reflejo de la luz en determinados objetos (si no está bien, lo siento mucho). Visto de ese modo parece algo muy científico, objetivo y frío… ¿no es fascinante cómo algo así puede despertarnos tantas sensaciones diferentes?

Los colores nos influyen, nos manipulan, afectan a nuestro ánimo y a nuestras elecciones. No es lo mismo toparse frente a algo amarillo que frente a algo gris, y eso está demostrado. Los colores cálidos nos dan energía y positivismo, parecen llenos de vida; mientras tanto, los colores fríos son tristes, aunque relajantes, algunos de ellos transmiten una sensación de paz y calma que los colores más vivos no pueden aportar. Llegados a este punto, no voy a ponerme a hablar de las sensaciones y significados particulares que cada color implica, porque entonces no termino.

Pasemos a hablar de eso, de los significados. Algunas personas me dirán que todo esto no tiene nada de mágico, que todo de lo que hablo tiene un fondo esencialmente cultural, estoy de acuerdo, en parte. Es cierto que los significados de los colores es una creación totalmente cultural, para cerciorarse basta con observar el mundo en su totalidad y darse cuenta de pequeños detalles como es que el color de luto en China sea el blanco, mientras que aquí es el negro; pero eso no incumbe a las sensaciones y los sentimientos. Estos forman parte de nuestro interior, son irracionales, nosotros apenas nos damos cuenta de ellos, y nadie puede controlarlos por muchas pautas y reglas que ponga de por medio.

Los colores completan y dan sabor a todo lo que nos rodea, nada sería igual sin su ayuda. No puedo imaginar un mundo en blanco y negro, es demasiado deprimente; pienso que la ceguera es una discapacidad horrible. Tener que vivir sin la ayuda de un color vivo en un día gris (mi paraguas es amarillo), sin conocer la belleza del azul del cielo, o sin sentir la vida que se esconde tras una buena paleta de colores o el arcoíris es algo horrible.

Los colores son algo maravilloso y único, todo un tesoro de la naturaleza. Sé que son un fenómeno físico, y que las sensaciones que nos producen no son más que el fruto de respuestas cerebrales, pero eso no quita que me parezca algo mágico.

Aprovecha el color, admíralo, siéntelo. Disfruta de su variedad, de lo que te hace experimentar, juega con él, explóralo, deja que te estimule. No dejes que un día gris te deprima, anímalo; completa el blanco con el negro; la fuerza del naranja y el rojo con la calma y el misterio del malva. Permite que el verde te haga pensar en bosques mágicos, que el azul te traiga el frescor del agua, que el rosa te recuerde a aquellas niñas inocentes que deseaban palacios y príncipes de cuento.

Si vas a soñar, que sea en color.