lunes, 29 de septiembre de 2014

Una luz en la oscuridad.

Los días malos son horribles. Todo es triste, todo sale mal, y lo único que apetece es encogerse sobre uno mismo y olvidarse del mundo. Sabéis de lo que hablo, ¿cierto?; todos hemos tenido un mal día, unos más y otros menos; pero todos podéis comprenderme.
No sé si sólo soy yo pero, cuando sufro una de estas jugarretas, siento que nada puede alegrarme. No encuentro nada que me consuele, y ni siquiera hacerme un ovillo en la manta puede aliviarme. Esos momentos son muy tristes, parece que no voy a poder a liberarme del desasosiego que me consume, y que sólo me queda esperar a que este, milagrosamente, decida abandonarme.
Pero entonces descubro que no, que no estoy sola, que dispongo de una puerta abierta hacia la sonrisa. Soy una mujer de recursos, y tengo opciones hasta para cosas así. Suelen ser sólo dos pero, por lo menos, nunca fallan.
Una de ellas, aunque suene raro, es YouTube. Ni los libros, ni escribir (cuando estoy triste no me apetece). Pero no cualquier vídeo me anima, soy bastante exquisita: los únicos que han podido ayudarme siempre han sido HolasoyGerman y el Rubius… no me matéis, por favor. Sé que a muchas personas no les gusta esta gente, general o particularmente hablando, pero yo realmente les admiro.
Sin embargo, no es por su humor, ni por su manera de hacer vídeos. Es por su capacidad de hacer felices a las personas. Pienso que no todo el mundo tiene el talento de sacar una sonrisa a tanta gente, desde un medio tan mísero como una pantalla; no todo el mundo consigue alejar los problemas de sus espectadores, aunque sea sólo durante unos minutos. Realmente  espero, algún día y desde mi medio (las letras), poder lograr lo mismo. Sería todo un honor.
La segunda es alguien a quien ya os he mencionado antes, mi tesoro. Aunque no sea siempre del todo consciente, cuando hablo con él la tristeza me abandona y toda la oscuridad que hay a mi alrededor da unos pasos hacia atrás. Es increíble cómo funciona el amor, cómo una sola persona, si es la correcta, puede sacarte una sonrisa con un simple saludo… es algo maravilloso, mágico, una auténtica bendición.
Estoy agradecida, muy agradecida, por estas dos maravillas; por estos dos “recursos” que me garantizan huir del desasosiego de un día malo, sin importar por qué lo ha sido. Y estoy agradecida, también, por todas aquellas cosas dispuestas siempre a ayudarme, aunque a veces no  lo consigan: a mis padres, a mis amigos, a una buena película o al llanto, que de vez en cuando nunca viene mal.
Gracias a todo, a todos, a todas mis luces en medio de la oscuridad.

Puede que esta entrada resulte un poco rara, pero he pasado hace nada por uno de esos momentos tristes de los que hablo y me apetecía escribir sobre el tema.

Un abrazo.

9 comentarios:

  1. Yo también he pasado días así, y sin duda, la persona "adecuada" puede sacarte mil sonrisas aunque en ese momento lo veas cómo algo imposible. Yo también espero llegar a crear sonrisas a partir de mis textos ^^ Me ha gustado mucho la entrada!
    Besooos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es increíble, y además generalmente no tiene ni que proponérselo. Es un gran sueño :)
      Muchas gracias :D Un abrazo.

      Eliminar
  2. Muy bonito! Me ha gustado mucho!

    Un beso!

    ResponderEliminar
  3. Hola, mi niña. Permíteme que te llame así al menos en esta entrada, porque te he pillado un poquitin de bajón, y necesitas mimitos. En las demás seguiremos siendo tus niños. He visto que has titulado así a tus seguidores del blog. Jeje.
    Seguramente he llegado algo tarde y ya estés recuperada completamente. Algo que me alegraría enormemente. Has hecho bien en publicar esta reflexión, pues hablar sobre ello es el primer paso, para sacar fuera eso que te hace sentir de ese modo.
    De todas formas intenta pensar que las cosas más simples, nimias e insignificantes, a las cuales normalmente no le hacemos caso, son las verdaderamente importantes.
    Recuerda esos flashes de la vida, en las distintas etapas, niña... en los que lo pasaste realmente bien, te reiste, y divertiste... esos momentos, es en los que hay que pensar y no en los demás. Nosotros que somos jóvenes, no nos damos cuenta, pero los viejitos, darían lo que fuera por aprovechar aquellos momentos que no aprovecharon en su día, pensando en cosas que no valía la pena perder el tiempo. La vida solo se vive una vez, y pasa muy rápido. Así que, ¡se acabó la sección de psicólogo!
    Ésta te lo doy gratis porque era la primera, pero a la siguiente te cobro... ehh ¡Qué estamos en tiempos de crisis, XD!
    Bueno, bromitas aparte. Te mando muchos mimitos y como dice una booktuber colombiana... ¡¿Quién quiere saluditos?!
    Besitos al viento. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No me importa lo de "niña", me hace sentirme como tal, y está claro que la vida de los niños es más sencilla.
      No sabía si publicar esto en un principio, la verdad... me parecía poco artístico y que no venía mucho a cuento, pero como no me apetecía escribir lo subí. Me han comentado (arriba) que ha gustado, y eso me alegra mucho porque no lo esperaba.
      La verdad es que pensar en esos momentos, por muy felices que sean, no acostumbra a ayudarme en estos derroteros... ya te digo, lo único que siempre siempre me sirve es lo que describo en la entrada. Pero intentaré pensar menos en lo malo, que sirva de algo tu consejo psicológico.
      Un fuerte abrazo :) Gracias por el apoyo.

      Eliminar
  4. ánimo guapa no estés de bajón!!!besazoooos

    ResponderEliminar
  5. ¿Y ese bajón? Ay mi ahijada, para eso estamos las dreamers aqui jajaj, para animar^^ Aunque si no funciona siempre me gusta "autocastigarme" escuchando música triste jajaja soy así de rara, un besito Ir, nos leemos^^

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nada, ya se me ha pasado :)
      Jajaja lo sé, pero no me apetecía hablar mucho... yo también soy rara.
      ¡La música triste deprime más! Como acabar de tener un desengaño amoroso y ponerte a ver películas románticas... nunca he entendido eso.
      Un beso Gin ;P nos leemos :)

      Eliminar