El cuervo sigue ahí, apoyado en el poste, impertérrito e
inmóvil.
La aldea le teme, le odia. Su presencia implica mala suerte
y su graznido atrae a las ánimas muertas que claman desconsoladas desde sus
tumbas; nadie le quiere allí, pero él no se va a marchar.
Porque tiene que vigilarla a ella, tiene que proteger a
Chloe.
Ella le quiere, pues sabe que puede dormir tranquila mientras
que él vele por ella. Lo hace desde que era apenas una niña, una pequeña
criatura que trataba de huir del frío acurrucándose junto a rincones llenos de
basura y rogando una mísera limosna sin que la gente se compadeciera de harapo sucio
que era su vestido.
Tenía casi cinco años cuando la encontró. Era un día
inhóspito y frío, y hacía días que la nieve rondaba por las calles sin
descanso. Tras haberse pasado horas pidiendo sin apenas resultados, Chloe se
dirigió al fondo del callejón más acogedor que pudo encontrar y se acurrucó en
una esquina, sintiendo cómo el frío la inmovilizaba sin que el resguardo de la
pared pudiera hacer nada por ella.
Jamás se había encontrado tan mal, tan débil. El frío
entumecía sus miembros, que ya no podían ni temblar; apenas alcanzaba a mover
los labios y abrirlos era un logro del que había desistido hacía mucho; se
notaba la cara hinchada y los labios cortados, la piel tan fría como el hielo;
ni siquiera era ya capaz de percatarse del hambre que tanto la había torturado
en las últimas horas. De algún modo, supo que iba a morir, y no le dio miedo,
por fin se acabaría aquella tortura. Cerró los ojos.
Pero volvió a abrirlos, para descubrir con sorpresa que una
gruesa manta cubría su cuerpo dándole calor y que alguien había rodeado su
silueta de botellas de alcohol. Aturdida como se encontraba, al principio no se
planteó quién habría obrado así, hasta que unos golpes sordos junto a su cabeza
la sobresaltaron.
Era un cuervo. De plumas brillantes y oscuras como el
carbón, picoteaba el cristal de una de las botellas cada vez más rápido,
tratando de llamar su atención. De un modo instintivo, la niña cogió el
recipiente y bebió con la naturalidad del que ya ha hecho algo más de una vez,
sintiendo cómo el líquido, a pesar del gusto amargo, le proporcionaba el calor
que tanto necesitaba.
Entonces supo que era él quien había hecho todo aquello,
quien la había cubierto con la manta y la había rodeado de todas aquellas
botellas sabiendo, de algún modo, que le harían bien. No sintió miedo, sin embargo: su madre le
había enseñado, antes de morir, que no debía temer a los cuervos pues, al
contrario de lo que se solía pensar, ellos siempre cuidan de los que deben. Y
ella era su protegida, desde entonces y hasta el fin de sus días.
De este modo, le acogió con los brazos abiertos, como a un
viejo amigo, y se prometió mantenerle siempre a su lado. Le cuidó, le quiso, y
a cambió recibió su constante protección y todas las comodidades que el ave
pudo proporcionarle.
Han pasado los años, y nada queda de la pobre niña vestida
con harapos que soñaba con un trozo de pan que saciara su hambre; nadie podría
reconocer a Chloe ahora, convertida en una bella dama doce años después. Fuerte
y sana, camina por las calles sin que el sufrimiento haga mella en su pálido
rostro; viste con hermosos vestidos que, en las noches de invierno, cubren con
capuchas la cabeza de su portadora, para que nunca más encuentre en el invierno
su muerte; se siente segura, sabiendo que ya no está sola en medio de la triste
ciudad; y, aunque sigue durmiendo en la calle, no tiene miedo, sabe que no le
ocurrirá nada mientras su cuervo protector siga con ella.
Mientras sienta su mirada sobre ella, mientras que sus
graznidos sigan escuchándose por la ciudad, espantando cualquier desgracia que
quiera hacerle daño.
¡Un texto precioso!
ResponderEliminarMe encanta como esta redactado y me encanta el tema. Ultimamente, con todo esta etapa friki de ''Juego de Tronos'' que estoy pasando, me encantan los cuervos cada vez mas.
Ademas, la imagen que has adjuntado me parece super bonita,¡que ganas de hacer un dibujo asi!
un besito <3
Muchísimas gracias :D
EliminarJajaja yo vi cuervos en verano, en Asturias, y me enamoraron.
Muchas gracias, pero la verdad es que yo las saco de Google.
Besos :)
Woo Genial como siempre ^^
ResponderEliminar<3
Mil gracias <3 <3 <3
EliminarEmotivo y precioso relato sobre el amor animal. En este caso un cuervo.
ResponderEliminarMuchas gracias ^^
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