Me encantan los amaneceres, aunque los vea poco. Son mágicos
y hermosos, es increíble lo que siento al presenciar uno. De repente, la
tranquilidad y la ilusión surgen en mí, la misma ilusión que sientes ante un
gran plan o una idea prometedora.
Así es el amanecer, prometedor, es una promesa de que un
nuevo día, con todas sus horas y posibilidades, está comenzando y de que tú lo
puedes aprovechar. Adelante, ya puedes abrir los ojos, puedes ponerte en
marcha, las cosas están empezando a despertar y a partir de ahora puedes volver
a intentar lo que al final no hiciste ayer (o no, como gustes). Es un nuevo
ciclo, una nueva ronda, una nueva oportunidad.
Es tranquilo y relajante, como cuando te despiertas antes de
que suene el despertador y ves que aún te quedan horas para dormir. Esa
incomparable sensación, a mí me la da el amanecer. Ya es de día pero, si no
tienes cosas que hacer, puedes seguir descansando un rato antes de despertar.
El amanecer es luz que se impone a la oscuridad, es la
claridad que va abriéndose camino en el oscuro manto que nos guarda por las
noches. Personalmente, ese es mi momento favorito, cuando el azul del cielo
comienza a aclararse y los únicos signos del sol son unas manchas rosadas y
anaranjadas en el firmamento. No es de noche, pero tampoco de día, eso lo
convierte en un momento único.
Quizá solo me lo parezca a mí, pero los amaneceres, además,
son fríos, pero no como un día de invierno. El suyo no es un frío incómodo, su
frescor es ese del que te puedes proteger con una mantita mientras te
acurrucas
en cualquier rincón, es un frío agradable que huele a hogar y sonrisas. El
amanecer es acogedor.
Cuando lo veo me siento segura, a salvo y en paz, sobretodo
en paz. No sé por qué: quizá por su aspecto, por sus promesas o por la
tranquilidad que transmite… al ver uno, todo está en calma, todo me parece
posible y el mundo se abre hacia mí como un libro que pueda comenzar a leer.
Por último, lo más obvio, el amanecer es un espectáculo
hermoso. Su luz; los colores fríos y cálidos mezclándose y amoldándose entre
ellos; el mundo que comienza a iluminarse a sus pies, aún dormido y calmado… el
amanecer posee una belleza que nada más tiene, única y singular.
No lo he visto mucho, es cierto, pero cada vez que lo he
hecho he quedado maravillada. Varias, puede que todas, de esas experiencias han
quedado grabadas en mi memoria, con sus imágenes y sensaciones vivas en ella,
imposibles de olvidar.
la verdad que es una experiencia genial ver amanecer, te transmite paz
ResponderEliminarbesitos guapa
Sí, es muy especial :)
EliminarUn fuerte abrazo :)
Que bonitas imágenes, la verdad que pasear por tu blog da tranquilidad¡¡ buena entrada¡¡ nos leemos¡¡
ResponderEliminarMuchas gracias, vaya eso no me lo habían dicho nunca :)
EliminarNos leemos.
Lo que dices es muy cierto, el amanecer es algo magnífico, radiante, especial, mágico, misterioso... Es como si te dijeran que el peligro ha pasado y que puedes volver a intentar y hacer lo que te provoque... Aunque yo soy más de atardeceres y noches, no puedo negar que el amanecer también tiene ese no sé qué que me atrapa.
ResponderEliminarMuy buen escrito, guapa.
¡Besitos!
Es que yo soy diurna, ya lo sabes, pero los atardeceres y las noches también son muy bonitos :)
EliminarSí, es así como me siento :)
Gracias, un beso.
Ostras, que bonitas las imágenes, me encantan *____*
ResponderEliminarVer amaneceres es lo mejor del mundo, te relaja un montón y ves preciosidades. ¡Un beso! :D
Sí, son preciosas :) la primera me la mandó mi tesoro y la segunda... bueno, viva Google.
EliminarUn beso :)
Me encantan tus amaneceres, aunque hayan sido pocos, los míos son por obligación normalmente así que creo que no los veo con los mismos ojos.
ResponderEliminarMe gustó la perspectiva
Besos
Muchas gracias, y lo siento, imagino que es por madrugar o algo así y no es bonito... jaja
EliminarUn beso.
Me encanta lo que has escrito, es precioso. Por desgracia, yo no he visto demasiados pero bueno, hasta entonces, disfrutaré de las imágenes (aunque no sea lo mismo...)
ResponderEliminarUn beso ^^
Muchas gracias :D No, si yo tampoco, pero me acuerdo de todos :) Con las imágenes vamos tirando.
EliminarUn beso :)
Me ha encantado esta entrada, me ha relajado un montón con esas fotos y el texto!
ResponderEliminarUn beso :)
Muchas gracias :)
EliminarUn beso.
¡Wuauu! Qué lista de comentarios. Impresiona. Me gustan ambos por igual. Los amaneceres relajan, y dan aquello que necesitas para comenzar el día con más positividad. Los atardeceres son nostálgicos, románticos, y te recuerdan que todo lo vivido durante ese día ya es pasado, y que comienza la noche; esa amiga misteriosa...
ResponderEliminar¿Verdad? Es impresionante, es la entrada en la que más comentarios tengo, (que miedo...)
EliminarLos atardeceres también me gustan pero son más... tristes. Son un final mientras que el amanecer es un comienzo, no me gustan los finales (menos de los libros y las pelis horribles, de esos sí jaja).